TEXTOS 1er CONCURSO

conjunto de poemas N° 3

Sueños de Cabezas negras (Extracto)

Los sueños de ciertos hombres son muy particulares,
Cada uno tiene su estilo, su casta y su linaje.
(Los del barrio alto son ensueños planificados,
agrios y toscos, cual maqueta empaquetados.
Empero, los populares son de mi agrado.
Imágenes simples, recuerdos adorables y espontáneos)
Muchos cabezas negras sueñan con mujeres especiales,
que sean de cabellera clara, rubias en palabras comunes;
rucias para ellos, en lo más común de su lenguaje.
(Pero no naturales, sino de claridad artificialmente adquirida.)
Algunos de estos hombres, las tienen esculpidas en sus brazos,
grabadas a fuego en la silla turca de su cerebro,
marcadas cual rúbrica en el sino de la materia gris de su mente.
Trabajan a diario –como brutos- para conseguirlas.
Todos las quieren (las queremos) al unísono y de formas únicas:
Despampanantes, voluptuosas –de senos potentes- cariñosas;
abrazadas completamente por lencerías fina y oscura.
Así las imaginan, regaladas por la divinidad enigmática,
entre velos de seda exultantes…unas piezas de museo íntimas.
Unas joyas de porcelana andante, verdaderas presas de colección humana…
De blancas manos, rojas uñas, pestañas largas y ojos inmensos e infinitos.
Que el perfume celestial que la inunda, se confunda con su (epi)dermis
y que éste se concentre –cual esencia del amor- en su coqueto cuello.
Que todo sensual espacio de su cuerpo,
sea dócil, cual pañuelo de seda castigado por el viento.
Eso y más es lo que imaginan estos hombres marginales.
Y sus sueños, anhelos y esperanzas, no sólo dormitaban en cada mente
sino que –cual legado cultural- se transmitían de abuelos a nietos…
tal impronta se rumoreaba –como un mito viviente- en mi barrio y en mi liceo.
Yo sueño con una mujer de belleza inmensa, que exulte mis sentidos.
Aquella que en un mágico acto de espejismo atraviese la calle,
como una gacela engordada –con protuberancias marcadas- pero hermosa.
Un ser bello, que con un abrazo me cubra de pies a cabeza
Y me haga dormir en sus senos el mejor de mis sueños.
(Que de sombra en el verano y acalore cuando caiga el hielo del invierno.)
A mí, que sea rubia o morena me da lo mismo,
soy la excepción de los cabezas negras;
sólo me interesa que atendida su carnal belleza
sea un ángel de paseo por la tierra.
Que de día se envuelva de blanco completa
(hasta un blanco sostén transparente y una espumosa pantaleta)
y de noche, se vista de negro entera:
Con detalles mágicos y coquetos,
que nada falte y que nada sobre, para que sea perfecto…
como si fuera la hermosa rubia acongojada
y excitante viuda en un negro velorio.
Y así, en el ocaso del día escogido
de negro impecable ingrese a mi lecho por una puerta;
que se saque –lentamente- lo que lleve puesto,
y que en billones de segundos fantasee ante mis ojos con su cuerpo,
para que luego, en sus largas piernas se adormezcan mis sueños…
Ahí, entre oscuras prendas –lanzadas por doquier-
Mis deseos harán (re)latir al corazón de emoción exultado,
hasta crear una estrella rubia que en mi mente se pose
y fabricar en un respiro, un arco iris inmortal que se anide en mi cerebro;
para que en el crepúsculo de la mañana –cumplida su labor-
se despida cual serafín mortal de alba completa,
cumpliendo de alguna manera -de un cabeza negra- el sueño dorado y eterno.



Sino de un poeta penalista

Mientras mis neuronas viajan equipadas
y vigilantes por el mundo del derecho,
observo por entre las rendijas funestas
- elementos materiales que abrigan las ventanas -
de mi mundo laboral y su espacio eterno,
nubes internas de atmósfera normativa punitiva,
cubierta de miles de acciones voluntariamente ilícitas
cometidas por hombres y mujeres,
con (in)valores deleznables al arbitrio...
En tal escenario –vivienda terrenal del demonio mismo-
Apareces como un exultante y angelical destello,
brillando tu nombre con tu silueta imaginaria.
Sutilmente llenas –a partir de mi mente indomable-
con ubicua floración, cada uno de los rincones
del otrora mundano palacio de justicia...
Tu perfume adorable por doquier,
Se trasunta en olores-espías y en Cupido vigilante,
de un amor perenne y maltrecho...
que herido mortalmente no muere
y sanado virtualmente no vive…
Llevo en mi pecho y en mi mente –cual polizonte insolente-
el sino inmortal de los amantes de las letras:
“Que los amores surjan y fallezcan
a cada segundo de su existencia malherida
e invadan cada milímetro de su entorno”.
Así el sino del poeta se hace carne entre nosotros;
la paz es compañera ausente,
la alegría una novia deseable
y la congoja, una amante insaciable y permanente.



Mensaje Espiritual.

Eres el aire mágico que necesita
para vivir mi débil espíritu,
siendo tu sonrisa la inspiración de mi intelecto…
La congona que a veces os visita,
es la nube gris que se posa en mi cerebro.
(Dadme un deseo no cumplido
y –metafóricamente- os lo haré realidad en tus sueños.)
Los luceros de tu rostro, a veces me conquistan
y otras tantas -con crueldad implacable- me desdeñan…
Tus manos –a veces cariñosas- también se abrazan en el enojo
para erigirse en un nuevo enemigo de mi espíritu.
¿Por qué priváis a tu alma de un amor profundo?
¿Por qué juzgáis con la simpleza humana un amor prístino?
Los amores verdaderos no nacen de convenciones obsoletas,
cruzan las fronteras de los conflictos con sus llagas y leyendas.
Un amor débil sólo morirá como una flor desértica…
Si hoy ves mi silueta domada por la tristeza,
sólo proclámame tu amor eterno
y sentirás como mi rostro –lentamente- se transforma;
brotando en mi cara una sonrisa inmensa
y cosecharás la alegría en forma inmediata,
sembrada por la mágica palabra surgida de tu boca;
cual eco que da vida, siendo un celestial sonido .
En medio de la vida encontré tu espíritu
cual regalo divino que el azar nos deja.
¡No prives a mis ojos de tu belleza
Ni a mis manos de tu textura inmensa!
Cultivaré para ti mil palabras hermosas
Y las transformaré en una cosecha perenne
de trillones de inéditos poemas,
un rosario de odas para tu alma y tu mente
que serán cánticos y loas a tu belleza eterna.






LA RIBERA
texto en concurso N° 6

El Negro llevaba al hombro su diaria recogida de leños blanquecimos, de esos escupidos por el Mapocho sobre los pedregales estériles de la vega. Era temprano aún, a esa hora en que los demás niños de su edad pasaban junto al puente de camino a las escuelitas carrascalinas, por este lado del barrio riberano.

Fue entonces cuando descubrió al Pulga y al Pollito casi arrodillados en la orilla misma, unos cuantos metros por allá, en el lado de los arenales. Era fácil reconocerlos, pues siempre andaban juntos, como dos criaturas disímiles en un contrato simbiótico: el primero, con su cabeza negra de pelo corto y chuzo; y el segundo con sus cabellos rubios y lacios, envidia de cualquier altanero con presunciones de ancestros europeos. Aunque eran inquietos y siempre activos, ahora parecían sumamente atentos a algo allí en el borde, permaneciendo agachados alrededor del misterioso objeto de sus distracciones.

Tentado también por el gusanito de la curiosidad, el muchacho marchó hasta donde estaban sus amigos, vecinos de las miserias ribereñas. Cuando comenzó a distinguir algo como una figura humana frente a ellos, con toda seguridad lo que les tenía cautivados, el Negro soltó su carga de leña y partió raudo, haciendo sonar las gastadas zapatillas sobre piedras sueltas y cantos redondeados por siglos de erosión.

Al llegar hasta ellos, ninguno se volteó. No es necesario, pues sabían que era él. Y allí estaba el cuerpo del infeliz, medio flotando sobre las turbias aguas del Mapocho y con el pecho encallado sobre las rocas y el banco de arenas. El Pulga, siempre en cuclillas, intentaba moverle la mano con un palo seco. No lo conseguía, pues elrigor mortis era más resistente que su precaria herramienta.

- ¿Le buscai algún reloj? –le preguntó el Negro, sorprendido aún con la escena.
- Puede ser… ¿te atrevís a tocarlo? Nos vamos fifty-fifty.
- ¿“Fifty-fifty”? ¡Qué estai diciendo, hueón, si seríamos tres poh! Además, ¿cómo no cachai que si tenía reloj, ya se le echó a perder con el agua?

El Pulga y el Pollito se miraron con cara de cómplices, sintiéndose realmente tontos tras el comentario del Negro… Tenía razón. Resignado, el primero arrojó la rama al caudal y se sentó en el suelo húmedo, devolviendo la mirada al cadáver. El Pollito en cambio, perdido en su propia órbita, dio un largo bostezo, señal inequívoca de que estos dos habían estado otra vez en alguna de sus frecuentes correrías nocturnas.

- ¿Tendrá zapatos? –preguntó el Pollito echando para atrás su pequeña e infantil chasquilla dorada- Esos sí podríamos venderlos.
- Nunca quedan con zapatos –respondió el Negro mientras se sentaba a su lado, también mirando al finado que yacía con la cara sumergida en el agua-. Siempre se los gana el río primero.

Pero el Pulga no parecía convencido. Los pies del muerto estaban bajo el agua suficientemente turbia para no ver nada de ellos más bajo las pantorrillas. Se inclinó tratando de distinguir algo al final de esas piernas cortas, apenas cubiertas por un pantalón desgarrado, pero no lo consiguió. Miró repetidamente, y casi acercó sus manos sobre el cuerpo, pero los escrúpulos resultaron más fuertes que sus ambiciones.

Al ver tanta porfía, el Negro volvió a ponerse de pie y, sin señal alguna de repulsión, se metió con zapatillas y todo al agua, tomó una de las piernas del regordete muerto y con gran dificultad la levantó, sacando afuera el extremo: un pie desnudo, pequeño y ancho, de uñas sucias y gruesas.

- ¿Me creís ahora? –espetó con algo de ofuscación-. Entiende, gil: no tiene zapatos, no tiene billetera, no tiene joyas, ni anillos, ni cadenas… ¡no tiene ninguna hueá! ¡nada!

Es ahora el Pollito el que parecía intrigado. Se acercó gateando sin incomodarse por mojar sus rodillas y manos en el borde del río. Miró con detención al muerto, casi como si esperara una última señal de vida de su parte… Pero nada sucedió. Estaba helado, hinchado y tieso como una tabla.

- Bueno, es un fiambre no más, no un tesoro –le dijo el Pulga al Negro. ¿Y sabís siquiera de qué se hueá murió? ¿Se habrá tirado solo este también?

El interrogado cambió su expresión. Todavía sosteniendo el pie frío en sus jóvenes manos, llenas de pequeñas heridas y raspones, permaneció en silencio un rato, como si meditara una respuesta. Entonces, de súbito comenzó a voltear al cadáver, usando todas sus fuerzas de preadolescente. Al verlo complicado, por fin los otros dos se animaron y participaron del intento. El Pulga fue el último en incorporarse.

El cadáver cayó sobre su propia espada salpicando agua inmunda en todos los sentidos. Se reveló ante ellos, entonces, una cara horrible, inflamada, con los ojos abiertos y turbios. Un hombre mayor, de unos 60 años; labios gruesos y barbas canosas. Entre éstas y el cuello de la camisa, la garganta estaba abierta brutalmente, de lado a lado. La tráquea y ambas arterias habían sido pasadas por el filo de la hoja, y el agua había lavado el corte hasta dejarlo casi blanco, como un jamón a medio rebanar.

Se quedaron contemplando ese rostro y esa horrible cortada por un largo minuto.

- ¿Se lo merecía o no? –preguntó el Pulga, aún sin sacarle de encima los ojos.
- Sí –respondió muy convencido el Negro, apretando los puños-. Lo recuerdo... Seguro que fue en el Pío Nono. Se lo había ganado hace rato… Por viejo culiao degenerao.

Acto seguido, le dio un fuerte puntapié a las costillas del muerto; tan fuerte que lo desencalló de su anclaje de rocas y comenzó a llevárselo la corriente, río abajo; primero lentamente, luego con fuerza.

Una lágrima de ira tibia cayó por la mejilla del rapaz, y entonces salió del agua apresurándose por ocultarla, para ir a buscar sus maderos dejando atrás este sitio. Y el Pollito, siempre inocente y abstraído de todo contexto, recogió una de las piedras y la arrojó de pura travesura contra el muerto arrastrado por las aguas… Pero ya estaba lejos, y el guijarro ni siquiera cayó cerca de ese bote cadavérico, flotando con los brazos abiertos y la mirada congelada en dirección al cielo infinito que jamás sería suyo.

- ¿Y tú, querís dormir o vamos a machetear un rato al mercado, mejor? –le consulta el Pulga.
- Vamos, poh ¡Alcancemos al Negro!





Conjunto de poemas N° 10

HOMO LUMPEN

weno y que pasa!!
querí’ hacerte un liftin en la wata
que calmao?!
calmao murió en la peni
la tengo que ver por mi
corta
o sino qué? trabajar como los weones?
salta lampazo culiao
no vaya a ser yo mula de los que se violaron a mi mamita
ya raspa chuchetumare
ah, vo’ awantai
vo’ soy choriqua
ya, iwal
en volá de antena te voy a contar una wa’
pero vo’ calleuque
mi nombre legal es Brian Pilifquen Pilifquen
pero debiera ser Matte Pilifquen
me dicen el tripa
y tengo una herida en la garganta
escupo sangre, legal
pero no muero
debe ser por que soy el secreto mejor guardado de chile
las calles son mías
ahora soy soldado pero voy pa’ jefe
igual siempre han dicho que hay otro jefe
el mas jefe de to’os
pero yo no lo conozco
¿alguna vez hay toca’o un piano?


NUESTRO TRABAJO

Los alemanes no trabajan tanto
De a poquito pero constantes
Es cosa de organizar mejor el asunto
Ok, es cierto, no amo el trabajo
Pero no por eso soy un flojo
El asunto es otro
Es que en el trabajo no existen las condiciones como para que me realice como ser
humano.
No entiendo ese pedestal sagrado donde se ha colocado al sacrificio
En vez de estar ordenando estos papeles
Debería estar con la cabeza enterrada en una cassata de helado
Mientras le agarro el cielo a mi mujer.
No solo de realidades vive el hombre.
Presiento que lo justo es que las dos terceras partes del día le pertenezcan a cada cual
Tendríamos más tiempo para explorar en los abismos del cuerpo
Para mejorar la obra
Es cierto que algunos solo verían tele
O intentarían, mientras los otros se divierten, abrazar una gran cantidad de fortuna
Haciendo que la bandeja llena haga mediocres a sus hijos.
No obstante esto, creo que el árbol puede crecer derecho
Es cosa de que los hombres felices levanten la voz.
El que demasiado trabaja
Demasiado busca
Y poco alcanza.
Siempre he escuchado al perro
Cuando dice que solo se debe desear lo que uno mismo puede ofrecerse.
Lo demás son monedas que te hacen pesado
Alejándote de la tierra de la abundancia.
Los poetas recolectores saben bien de lo que hablo.
Mañana te levantarás más contento
No porque hayas renunciado
Sino porque pareces estar más cerca de poseerte a ti mismo.



Conjunto de poemas N°45

Pequeña Reseña de La Loca y Yo

La loca y Yo

Las locas me persiguen a menudo
Me ligan
Puede ser que me gusten en realidad
Y como soy un chilenito feo
Quiero creer que no;
Y me engrupo con que me hacen mal
Pero en realidad nos divertimos la loca y yo
O yo y la loca.
Bueno…
Eso.
Eso… eso… como loqueando la sin hueso.
Y nos come.
Inmisericordemente nos come
Y nos gusta que nos coma
Ir suave, dolorosamente irnos entre la multitud
Que baila y disfruta
A La Floripondio
Que no vino
Así es que debe ser otro el que estamos disfrutando acá.
Y por eso me carga
Que la loca me traiga a estos paseos
Estar vivo mientras no estoy.
Y esta otra pasa y me pide cigarros la balsua.
Trato de decirle que no estoy
En condiciones.
Y este? Mmm...
Me equivoque, no era.
A cualquiera le pasa
Me digo.
Pero no me creo.
Doss Pasos
Estamos con Doss pasos más en la cabeza.
La loca me cuenta de una amante que tuvo.
Yo la animo a que baile para mí
Soy un imbécil
Por eso la loca se ocupa de mí
Siempre vuelve y me rearma
Me compra un completo en la mañana.
Y luego nos vamos a casa.
Que siempre es mi casa
Yo no se.
Bueno en realidad no me importa donde vive
O si es que en realidad vive
Es que a veces estamos tan ebrios
Que me parece que alucino.

O como si solo yo ella nos bastáramos.
La dura
Siempre estamos curaos
A veces ella por allá
Y yo por ahí
Sin embargo afortunadamente Juntos.
Yo a veces creo
Que eso es puro ego
A lo mejor nadie más ha estado con esta loca
Entonces nadie la conoce
Y por ende no puedo hablar de ella
por que no existe
Entonces yo diría
Que me enamore curao de una loca de mierda que me saco a volar un rato.
Y voh no me creí esa wuea cierto?
Entonces te voy a contar la verdad.
A veces viene a casa
Fumamos un rato
Nos reímos
Mucho
A veces hasta nos abrazamos de pura felicidad
Algunas veces despertamos húmedos los dos.
Y luego… como yo asumo que el real soy yo.
Me voy antes para que la magia me encuentre de nuevo.


Música y Confort Para Volar

Yo nunca había recordado tanta felicidad.
Como pudo la pena darme tanto amor y confort.
Como esa tarde;
Cuando cruzaste a mis espaldas
Acomodaste mi pasado y me acercaste los fósforos.
Luego yo tire las cenizas.
Lo recuerdo.
Como pudo mi cabeza dar tantas vueltas con cada beso tuyo.
Imaginar la ilusión y verla al cerrar los ojos
Buscando tu nombre.
Mientras más puertas, más posibilidades de escapar me digo.
Besos?
Por aquí por allá
Donde nace la flor, que se yo.
Pude estar horas y horas sumergido, nadándote
Y nací de nuevo.
A pulso
Curtido
Olvidado
Golpeado

Helénico de verte.
De tenerte.
Atrapado por tus formas
Por tus ganas
Que no adivino.
Contigo; EL SINDROME ESTOCOLMO.
A ratos galante
A ratos cargante.
Hoy no sé quién eres
sin embargo confío
confío en mi duda
no hay lugar a dudas
no lo hay
y si lo hubiera
quiero ir a buscar ese lugar
sumergido en la noche
como un naufrago
que solo le queda la fe.
Tropezando en los bordes
por la orillita
en la placentera búsqueda de tus formas...
A modo de prueba...
Como esa influencia tuya que me tiene de los cojones.
Yo nunca lo habría imaginado.


DESPUES

¿Qué se siente después de otro cuerpo?
¿A qué te recuerda otra piel?
A donde van a ir ahora mis ganas si ya no quiero recordarte?
Como harán el amor los recuerdos?
O será que no existen si lo recordado ya no esta?
Como conocer el amor después de la duda?
Después de tu influencia?
Después de los viajes hasta nosotros mismos?
Disfrutare de las caricias de otros recuerdos?
Se estará mejor solo?
No lo sé
Aprenderé.
Déjame entrar mientras Disfrutas sus quejidos.
Yo creí que jamás sabría gemir bajo otro cuerpo.
Voy a imaginar las más viles circunstancias
de una.
Que mis recuerdos se desparramen por las noches
Y que al masturbar mi pasado
Mi boca se llene de tu nombre
No sé nada, no sé nada y fui feliz como la poesía del parque

Que solo necesite de la música para ser feliz
y me dejaré caer sobre los labios de aquel ser que imagino.
Sin rostro, sin pasado, sin presente ni futuro como una sirena loca
Todo acabó.
Voy Regalar un poco de mí
Sin soberbia
Sin trucos
Sin esquinas peligrosas
Con sonidos de playa y madrugadas
Con sonidos de sureños recuerdos
Con ganas de empezar de nuevo.
Voy a regalar
Nuestra iniciación, nuestras ganas.
La esperanza que me regalaste esa noche.



FUGA

“La zozobra le molesta al hombre...
le oprobia el tener que llegar a alguna parte”
Juan Herrera.

Paso a paso fuimos haciendo-nos-des-conocidos
Casi como en cámara lenta
Pudo ser cuando nos eternizamos
Ella, la loca
Desparramada en estas gozadoras calles
Trato de reinventarme...
Era un chirriar de sexos, la banda sonora.
Sólo inquietudes
Lo de su música
Lo de mis películas
Si,
Fue apenas una temporada la de los niños
De ir por ahí recogiendo ganas de creer
¿en dios?
¿Y que era si no?
Por ahí me fue re-creando esta Diosa FE
Me sorprendió virgen.
Me fue acariciando y me poseyó
(tal y como el espíritu santo)
Conocí a Descartes y a Rótterdam
(aunque eso carece de importancia)
La loca... mi loca me tuvo.
En vasos como estos, caimonos muchas noches
Nos perdíamos entre los terciopelos
Entre los cortinajes
Y amanecimos en bosques azules
Y, casi como en recuerdos
Fuímonos olvidando de nuestros colores

Ahora la carretera es más dulce
En vasos como estos caimonos
Delirio.



Olvidar a La Loca
(De cómo las formas me superan y otro existe y vive en otra vida con mis formas).

A ratos me dan ganas de,
De que sepas como fue después del último beso
Después que subieras al viaje
Y me quedara yo con toda la mar del mundo en mis ojos
Y “La Despedida” de Fito.
Salado.
Me gustaría que alguien te cuente.
Pero ese es mi lado frívolo y ambicioso
Es como querer que mi historia de pena salga en una revistilla
de esas que decimos que no leemos.
Pero cada día que salgo a la calle veo solo poemas derrumbados
Veo que creo menos.
No se de donde mierda viene la fe
que me despierta con ese sonido civilizado cada mañana
Ya no importa el sueño que perdí para ti
Así viajo cada día
A la rutina que me niego a cumplir.
Yo recuerdo cuando me despertaron un día de esos
en que no sabes ni la hora o si es de día o de noche
cualquier día de esos de felicidad.
Tanta que no te enteraste
Borracho.
una tarde de sábado
Y yo atesoraba un kilo de azúcar y una bolsa de te
Cerca de un boliche donde compre las últimas cervezas antes de dormirme en la calle
bajo un busto de esos que dan risa
Y una bolsa de coca en mi mano izquierda bien aprisionada.
Si.
A ratos me gustaría que alguien te contara
Pero eso tiene que ver con mi vanidad
Pero igual me gustaría que alguien te contara
De todas las veces que me retaron por que lloraba
O de cuando me escondían la maquina
Pa` que durmiera un rato
De lo fácil que se me hacia conseguir un poco de mentira.
Y de lo que no te dije
Y de lo estúpidamente bien que lo pasaba drogado escribiendo la pena
La rabia
El odio
La tontera
De los coños que se fueron y no comí
Y de lo insoportable que estuve.

Aunque en realidad no tiene ninguna importancia
Pero me gustaría que alguien te contara
Pura vanidad.
Yo no sabía que eso era estar enamorado
Ahora lo sé
O mas bien ahora no lo sé
Como pudo mi cabeza dar tantas vueltas con cada beso tuyo
“Me perdiste.
Te perdí".

Un día de estos voy a despertar odiándote.
Ahí voy volver a ser feliz.
Cuando las mariposas vuelen sobre el jarro de cerveza



La Loca Delira

A veces lo que tomamos por un rato es como si eso fuera todo
Olvidamos que lo tomamos por el rato
Como una cacha
No es lo mismo una cacha
Que hacer el amor
Hacer el amor no es lo mismo que tener buen sexo
Tener buen sexo no es estar enamorado
Estar enamorado no siempre es buen sexo
El rato a veces dura toda la vida
Una buena cacha dura una buena cacha
El buen sexo dura más
Estar enamorado dura más que eso
Pero tampoco es eterno
El amor a veces es eterno
Yo no conozco a nadie.
No, en serio
No conozco a nadie que este enamorado toda la vida
Si se de quien ha estado siempre con alguien
Y no siempre enamorados
O sea ellos solo tienen sexo
A veces
O tenían
Si se de esos que todavía buscan la cacha perfecta
Esa que nunca llega
Y buscan buscan buscan
Y siguen follando como enajenados
Igual; hedonistamente placentero sin lugar a dudas
QUEENVIDIA!!!!!!!!
En fin
En que estábamos?
Me fui en volaaahhhh

No. Pero en serio
Que se quiere cuando se quiere algo?
Que se busca cuando se busca?
Que se folla cuando se folla?
Se ama?
Se culea?
Se tiene sexo?
Se ama?
O se hace el amor??
O solo pasamos el rato y obedecemos a nuestra naturaleza animal de apareo?
O de calientes?
De borrachos?
De volaos y por que la yerba es afrodisíaca?
O por que nos gusta la gueaita esa de andar follando por ahí cuando se puede?
Ah?
Ah; la luna y La Loca de mierda son unas ninfomanas
Se fue con este otro wueon que es más entretenío que yo
Que empecé a preguntarle wueas.
Y dejó de menguar para mí.
No obstante la disculpo
Por que siempre vuelve
La loca de mierda siempre vuelve
Butah la wuea.



Conjunto de poemas N°35

El fuego del Chico Chino.

El Chico Chino llega al pasaje
aterriza con ceniza en los hombros
llega al pasaje el Chico Chino
reventado por salvar pájaros del incendio.

El vecino angustia de su antigua casa
flaca fonola
plumavit o cholguán

- yo no soy ná de cholguán,
diríamos-

ardió
reventó la pobre casa
cuando el angustia
se perfumó con bencina
y prendió su último Latino
quemando su tugurio, sus propios huesos
quemando a la vez
la casa del Chico Chino.

¡Ella se metió con mi hermano!
¡Ella metió mano en la familia!
fue lo último que dijo
con voz de churrasco
el vecino del Chico Chino.

No sé cómo
ya me cuesta recordar
la fecha exacta en que el Chico Chino
se allegó como vecino
con sus jaulas de pájaros
con la Guatona Loli
como ceniceros
ya no sé cómo
pudo arrendar
sólo vendiendo catas en la feria
pájaros de colores
para gente sola
para gente que viene llegando del campo
para gente
ya no sé cómo.

Yo sólo recuerdo el origen en el incendio
que ya no es poco decir
luego una borrachera suya
junto a mi padre
tal vez una tarde de domingo
cuando yo confundía las rancheras con los piojos
y me quedaba a la sombra
junto a los ladrillos
pobre Chico Chino balbuceaba
la Guatona Loli hace año y medio
hace año y medio
que no me da la pasá
hace año y medio
que vendo pájaros en la feria
estamos juntos pa no estar solos no más.

Cuándo los antenazos?
los kilos de Tapsín
dejar de cortarse las uñas
y compararle a los angustias
a las cuatro de la mañana
retazos o rescoldos
de una sombra en la basura?

Fue llenando su pedazo de casa
fue elevando el piso de su pieza
con la recolección de los angustia
que cada noche
como siempre
podía ser la última
como siempre,
cuándo los antenazos?

Triciclos o cabezas de muñecas
detergentes o cables por pelar
tostadoras o rescates de lavadoras
microondas o relojes detenidos.

Ya no sé.
Ya no recuerdo tanto.
Ya no sé dónde queda la cocina.

Y todo a la feria
todo como siempre a la feria
venderle a los vecinos
lo que los mismos vecinos desechaban
en el Chico Chino coincidían
aparte de sus pájaros y desechos
lo que alguna vez botamos
y que por verlo exhibido en la venta
quisimos recuperar

no sé,
las mujeres.

Y yo quisiera olvidar
pero tal vez ellos me queman
como un incendio de cárcel
cuando pido perdón junto al fuego
y digo nunca más
nunca más
el Chico Chino dijo lo mismo
nunca más, en el fuego.

Cuándo los antenazos?

Cuándo los antenazos y un nuevo incendio
en una casa vecina
cuándo los antenazos
o el Chico Lalo gritando en su fuego
me olvido de todos ustedes
sapos culiaos
me olvido de todos ustedes
yo ya no sé recordar.

Ahora
me quedo en la sombra
con los ladrillos
ladrando
no sé.